Va el recuento sensible de una conversación que tuve con una joven mujer del pueblo indígena arakbut, de la familia lingüística Harakbut. Bueno, no fue una conversación en el sentido occidental, fue, más bien, una especie de lucha de palabras, pareceres y actitudes. Fue un despliegue “amigable” de armaduras y pechadas. No murió nadies , a penas algunos pedacitos del alma que tuvieron que reconfigurarse. En fin, los temas del día fueron la minería aluvial, la brujería y las “sendas visionarias” de la Ayahuasca. Ayer vino a casa KQ. Lamentablemente, no puedo decir su nombre completo, porque ella me lo prohibió, ja, ja, ja. La describiré: es de tamaño medio, delgada, de piel clara (más bien sin broncear), de cabello lacio y marrón claro, labios delgados, ojos negros y largos (”china”, le dice la gente cercana a ella). Nariz respingada, pero no operada (creo). Cejas semi pobladas, más bien alargadas, retocadas. Rostro dulce, bonito y delgado según el ranking citadino. Tiene un lunar seduc...
La Tierra Sin Mal debe existir como un acto de conmoción sublime Donaldo Humberto Pinedo Macedo Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco https://orcid.org/0000-0002-0269-7097 201426@unsaac.edu.pe Resumen La Tierra Sin Mal puede experimentarse aquí y ahora. No es un tiempo y espacio inaccesible, inubicable, inalcanzable o una promesa falsa, no. La Tierra Sin Mal, en este plano de existencia, puede reproducirse momentánea y parcialmente, siempre y cuando practiquemos los principios del buen vivir indígena. Estos principios o revelaciones, recibidas por los chamanes durante sus travesías cosmonáuticas, son: la alegría, la bondad, la sanación, el compartir, la hospitalidad, la compasión, la abundancia, la honradez, la generosidad, la laboriosidad, la sobriedad y la solidaridad. La Tierra Sin Mal, por tanto, existe en un devenir, en una circunstancia, en un poder ser , es decir, en aquellas experiencias sustentadas por pensamientos, palabras y acciones que fueron aprend...