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Ayahuasca y ayahuasqueros. Escuelas y tendencias de una práctica milenaria en los Andes y la Amazonía sur peruana

En la tradición religiosa prehispánica de los pueblos andinos y amazónicos del suroriente peruano, se conoce como Ayahuasca al brebaje que resulta de la cocción de dos plantas esenciales, la liana del mismo nombre (Banisteriopsis caapi) y el arbusto denominado “chacruna” (Psychotria viridis).[1] En casi 12 mil años de historia el uso de este brebaje se desarrolló en contextos exclusivamente indígenas y bajo dinámicas internas, sin embargo, desde la intervención de los europeos en América y el avance de la modernidad, los conocimientos teológicos y las prácticas rituales en torno a la Ayahuasca están cambiando. En lo que va de este ensayo intentaré caracterizar a las escuelas ayahuasqueras contemporáneas y delimitar sus tendencias bajo el contexto actual.

Escuelas ayahuasqueras tradicionales, puntos comunes en 11 mil años de práctica ancestral.

Podríamos considerar a los períodos prehispánico, colonial y principios del republicano como las épocas en donde se desarrolló la práctica tradicional de la Ayahuasca. En este extenso período habrían tomado forma lo que llamo las escuelas ayahuasqueras tradicionales, es decir, el conjunto orgánico y sistematizado de principios teológicos y rituales establecidos por la experimentación y la interpretación, reproducidos en el tiempo y en el espacio por la tradición oral, legitimados por una élite espiritual – religiosa y generados exclusivamente por los pueblos indígenas de la cuenca amazónica y de los Andes. 

Sólo por sugerir una asociación, hay tantas escuelas tradicionales ayahuasqueras como pueblos indígenas, sin embargo, podemos encontrar principios teológicos y formas rituales comunes. El principio teológico fundamental es que las plantas, y por lo tanto el brebaje, son energías o fuerzas espirituales superiores y sagradas con las que se pueden establecer vínculos permanentes para diversos fines. Los principios rituales fundamentales incluyen un conjunto de prácticas prolongadas y exigentes en términos físicos y mentales, entre ellas el aislamiento, las dietas y las purgas; así también, incluyen el uso de instrumentos o actos que propician el diálogo entre el maestro ayahuasquero y el espíritu tutelar, como el tabaco y los ícaros o rezos cantados. Ningún maestro ayahuasquero tradicional podría ejercer su labor sin antes haber comprendido y practicado estos principios. 

Escuelas ayahuasqueras: tendencias en un contexto de globalización.

Los pueblos indígenas amazónicos del Perú, exceptuando los que están en aislamiento voluntario y contacto inicial, han iniciado hace aproximadamente 90 años un paulatino proceso de incorporación a la sociedad moderna. Este acercamiento se ha acelerado en los últimos 30 años debido al proceso de modernización por el que atraviesan los Andes y la Amazonía peruanas. Modernidad y globalización están generando una serie de transformaciones y tendencias en la teología y el ritual relacionado a la Ayahuasca, como la des-indigenización y la des-contextualización de la práctica, el salto hacia el practicismo y la monetización, la masificación de la oferta y la demanda, la preferencia por el ecumenismo científico y teológico, el enfoque de la sanación holística y la secularización de los principios ayahuasqueros. 

A continuación iré sustentando cada una de estas transformaciones y tendencias en base a las conversaciones que mantuve con varios maestros ayahuasqueros y usuarios en los últimos tres años.

a. La des-indigenización y la des-contextualización de la práctica. 

Los principios teológicos y rituales en torno a la Ayahuasca dejaron de ser exclusivamente indígenas, ya que también son adoptados por otros grupos sociales con los que, evidentemente, los indígenas tuvieron contacto permanente en los últimos decenios. Estos grupos serían, solo por utilizar algunas categorías étnicas, los “mestizos”, los “mistis” y los “extranjeros”. Sin embargo, en cualquier caso y para no encasillar la práctica ayahuasquera en grupos sociales específicos, el nuevo maestro ayahuasquero ejerce sus conocimientos en contextos diferentes al otrora exclusivo espacio rural – amazónico. Por ejemplo, algunos maestros, pertenezcan a la escuela tradicional o no, salen periódicamente de sus comunidades de origen hacia las ciudades capitales o hacia el exterior del país, en donde ofrecen charlas y realizan ceremonias. Incluso algunos más ligados a las ciudades capitales, se establecen en el extranjero y retornan periódicamente al Perú con grupos de usuarios. 

Siendo este el caso, no sólo hablamos de la des-indigenización, sino también de la descontextualización de la práctica ayahuasquera, la que implica, además, la incorporación de nuevos estilos rituales y pensamientos teológicos. De esta manera, la teología y el ritual en torno a la Ayahuasca presentarán cambios en base a tres condiciones: la escuela ayahuasquera de la que procede el maestro, el grupo cultural al que pertenece, el grupo cultural con el que se relaciona y el nuevo contexto espacial en el que ejerce su práctica. La combinación de estas condiciones imprime una variedad de matices a la práctica ayahuasquera contemporánea. 

Cabe resaltar la gran capacidad de adaptación que presentan los maestros ayahuasqueros al momento de ejercer su práctica en contextos diferentes al tradicional y al momento de explicar sus conocimientos a personas que no pertenecen a su grupo cultural. Esta capacidad de adaptación, cuyo mayor o menor éxito depende en parte de la condición social del maestro, es correlativa a la capacidad de incorporación de nuevos conocimientos teológicos y técnicas rituales.

b. El salto hacia el practicismo y la monetización.

El practicismo se refiere al abandono intencionado o acomodación sucinta de las enseñanzas tradicionales ayahuasqueras con la finalidad de satisfacer un tipo de demanda. Las escuelas tradicionales exigen tiempo prolongado y esfuerzo físico y sicológico tanto a los maestros como a los usuarios finales, pero estas exigencias no son compatibles con los deseos e intenciones de aquellas personas que buscan inmediatez en tiempo y resultados, y este es el tipo de demanda que está en aumento. Dado el caso, las escuelas tienen que acomodar su discurso teológico y su práctica ritual para satisfacer la nueva demanda. Por ejemplo, un maestro ayahuasquero, influenciado en parte por la escuela tradicional aunque inmerso en las exigencias de tiempo, puede realizar una ceremonia de Ayahuasca el mismo día que conoce al usuario; así también, podría extender algo más el tiempo y exigir al usuario varios días de preparación. En ambos casos, teología y ritual tendrán que acomodarse con rapidez y puntualidad. Esta situación genera además el distanciamiento tempo-espacial entre el maestro y los usuarios, cortando la retroalimentación y la consolidación de la experiencia como requisito para el aprendizaje. 

La monetización es el ingreso de la práctica ayahuasquera al sistema económico de mercado. La práctica se convierte en un servicio susceptible de ser retribuido con dinero y que además debe generar valor agregado; básicamente adopta la categoría de empresa. Por ejemplo, algunos maestros utilizan medios de comunicación de masas para promocionarse, compiten con sus colegas, construyen una red de empleados o clientelas, contratan servicios de terceros, tratan de satisfacer a sus clientes y preservarlos, alquilan o construyen infraestructura, compran y venden insumos rituales, se informan y especializan constantemente y algunas veces forjan alianzas con otras empresas del mismo rubro. Finalmente, los costos de sus servicios pueden variar según el tipo de usuario y la oferta y la demanda del mercado. 

De acuerdo a las condiciones que presenta el libre mercado, hay empresas ayahuasqueras formales e informales. Las primeras están ligadas a la industria del turismo y se las conoce comúnmente como empresas de “turismo místico”. Las empresas informales, que también pueden incluirse en el eslogan anterior, funcionan cómodamente gracias a la protección que ofrece el velo de la práctica ancestral de la Ayahuasca, aunque se diferencian de las primeras porque no pagan impuestos ni asumen responsabilidades institucionales ante cualquier desacuerdo o negligencia. 

c. La masificación de la oferta y la demanda. 

La masificación de la práctica hace referencia a que cada vez más se forman maestros ayahuasqueros sin las exigencias de la escuela tradicional, y cada vez hay más personas de diversa procedencia y condición que quieren probar la Ayahuasca. Concretamente, la transmisión de larga duración de los conocimientos ayahuasqueros y la continuidad in situ de la práctica, como pautas tradicionales, están cambiando. 

Practicismo y masificación influyen en la formación de los discípulos o aprendices, quienes se independizan de sus maestros en el menor tiempo posible, dado que necesitan cubrir la nueva demanda. Esta prontitud de los aprendices genera nuevas rutas de comprensión: su inexperiencia solo les permite realizar ceremonias superficiales y básicas, presentan gran capacidad de aprendizaje y adaptación frente a circunstancias inesperadas o desconocidas y, si se da el caso, retornan periódicamente donde sus maestros para retroalimentar la práctica. 

Por otro lado, los usuarios o demandantes tienen diversos motivos para acercase a la Ayahuasca: académicos, experimentales, lúdicos, sanación física, autoexploración y crecimiento espiritual. Sin las exigencias de la escuela tradicional, los maestros amplían su oferta para desenvolverse en diversos contextos y cubrir toda o parte de la nueva demanda. Por ejemplo, según la escuela tradicional, un maestro deberá evaluar la condición física y psicológica del usuario y la motivación de éste, posteriormente, guiado por su intuición y algunas señales externas, decidirá si el usuario es apto o no para recibir la Ayahuasca, y si es apto, entonces deberá seguir un régimen de dietas y ayunos. La masificación de la práctica desestima el procedimiento anterior o en todo caso lo vuelve relativo. 

Parte de las prácticas ayahuasqueras inmersas en el mercado neoliberal podrían calificarse de negligentes e irresponsables, ya que algunos maestros, guiados por la ambición o la inexperiencia, pasan por alto las contraindicaciones de salud y las restricciones alimentarias que anteceden a la práctica ayahuasquera, incluso alteran el brebaje para asegurar la satisfacción del cliente. Debido a la masificación de la oferta y al colapso de las regulaciones tradicionales, muchas veces los usuarios, especialmente los extranjeros, corren alto riesgo en manos de maestros irresponsables. Si queremos verlo desde una perspectiva de mercado, este comportamiento se origina en la oferta e incide perniciosamente en la demanda. 

d. La preferencia por el ecumenismo científico-teológico. 

El ecumenismo se refiere a que la teología y el ritual en torno a la Ayahuasca ha incorporado en su campo de interpretación otras tradiciones milenarias de oriente y occidente, como el budismo, el hinduismo, el catolicismo, la metafísica y las tradiciones nativas americanas y, desde luego, se han adoptado también los descubrimientos de la ciencia moderna. 

El ecumenismo se fortalece por las coincidencias teológicas que los maestros ayahuasqueros encuentran en otras tradiciones milenarias. Esto ha permitido que en los últimos años se reúnan con frecuencia maestros pertenecientes a diversas tradiciones religiosas milenarias con la finalidad de unificar, complementar y retroalimentar lo que podría denominarse la manifestación universal de una misma conciencia superior. 

Un ejemplo de ecumenismo con la ciencia (talvez la palabra adecuada sea complementariedad) serían los científicos – ayahuasqueros, es decir, aquellas personas que provienen de las ciencias de la salud (médicos, sicólogos, siquiatras) y las ciencias sociales (antropólogos y arqueólogos) y que durante su aprendizaje adoptan los principios ayahuasqueros para, en el primer caso, complementar sus terapias o, en el segundo, profundizar sus conocimientos e interpretaciones. Esta forma de ecumenismo ha permitido la sistematización de los conocimientos sobre la Ayahuasca, pero desde una perspectiva eminentemente científica y todavía superficial. 

Por otro lado, considero que las escuelas ayahuasqueras y la ciencia moderna mantienen una relación elástica, es decir, por momentos los maestros ayahuasqueros utilizan la ciencia para explicar su práctica, especialmente en contextos urbanos y occidentalizados, y por otros se alejan de ella para desenvolver sin prejuicios científico-académicos el componente mágico espiritual que corresponde a toda escuela ayahuasquera. 

e. El enfoque de la sanación holística. 

La sanación holística es el conjunto de conocimientos y prácticas teológicas, filosóficas y humanistas que tienen el objetivo de sanar física, psicológica y espiritualmente al hombre. Esta tendencia se inclina por el respeto a la integridad y la dignidad del ser humano y de todos los seres que habitan en el Universo. 

Los maestros ayahuasqueros de la escuela tradicional utilizaban su práctica para diversos fines: explorar la conciencia superior, sanar el cuerpo y la mente, conectarse con las energías poderosas de la naturaleza y el Universo y para defenderse de otros grupos mediante el daño o la muerte. La tendencia de la sanación holística, en parte influenciada por el ecumenismo teológico, omite el daño y la muerte y resalta el respeto por la vida y la integridad humana, por ende, emociones relacionadas con el amor universal, la paz y el balance son inherentes a esta tendencia. 

f. La secularización de los principios fundamentales. 

La secularización es el proceso de negación de todo principio teológico y ritual tradicional ligado a la Ayahuasca, es decir, es el desprendimiento del componente espiritual – sagrado de la Ayahuasca. Ningún maestro ayahuasquero sustenta esta tendencia, pero sí algunos usuarios finales. Si queremos verlo desde una perspectiva de mercado, esta es una tendencia originada por la demanda en clara oposición a la oferta. 

La secularización de la Ayahuasca no condiciona la participación del maestro ayahuasquero, es decir, se puede prescindir de él, por lo que el usuario ejerce la práctica bajo su propia tutela. Esto implica dos situaciones previas: que los usuarios tengan conocimientos científicos acumulados y que hayan experimentado con otras plantas psicoactivas o con estimulantes sintéticos. Pero ambas situaciones no son una regla, dado que muchos usuarios, sobre todo jóvenes, experimentan con la Ayahuasca sin información previa. 

Los usuarios de esta tendencia prueban la Ayahuasca para experimentar los efectos de la planta en su cuerpo y en su psique, pero ante la ausencia de un especialista y de una preparación adecuada, la experiencia, por lo general, termina siendo desagradable o traumática para el usuario, hecho que resulta en la discontinuidad de la práctica. En otras palabras, muy pocos usuarios que se inclinan por esta tendencia vuelven a probar la Ayahuasca y, dependiendo del grado de confusión y aturdimiento que pudo causar el brebaje, buscan a maestros ayahuasqueros que les puedan ofrecer otro tipo de interpretaciones. 

Conclusiones transitorias. 

a. Tendencias cíclicas. 

Todas las tendencias pueden ser inherentes a una misma escuela ayahuasquera, como también pueden excluirse entre sí. Por ejemplo, un maestro ayahuasquero que no es indígena y que ejerce su práctica en algún país del extranjero, al mismo tiempo podría adoptar el practicismo, la monetarización, el ecumenismo, la sanación holística y masificar su oferta y demanda. Así también, un maestro identificado con la sanación holística podría excluir en su proceder la opción practicista y monetarizada. 

De esta manera se pueden sugerir más combinaciones, lo que describe una de las características de las escuelas ayahuasqueras: no son permanentes ni estáticas en las ideas ni en la forma. Si una escuela se inclina por una o más tendencias, con el tiempo puede remplazarlas, agregar otras o retornar donde empezó, todo depende del nuevo contexto en donde se pone en práctica y la evolución cíclica del pensamiento del maestro ayahuasquero. Bajo esta consideración, resulta infructuoso discutir sobre cuál tendencia es la mejor o la más perniciosa para la práctica ayahuasquera; desde mi punto de vista, existe una diversidad de caminos de corta o larga duración que el maestro decide recorrer en determinados momentos de su vida y de acuerdo a la evolución de sus interpretaciones trascendentales. 

b. El origen del conocimiento y la realidad ordinaria. 

Si revisamos las condiciones históricas por las que atravesaron los pueblos indígenas amazónicos, si notamos el actual estado de vulnerabilidad y exclusión en que se encuentran muchos de ellos y si advertimos el incontenible avance de la modernidad, concluiremos fácilmente en la pérdida de las sabidurías ancestrales en torno a la Ayahuasca, en el declive de la escuela ayahuasquera tradicional y en la “contaminación” de los principios fundamentales de la Ayahuasca. Afianzaremos esta idea si consideramos que el idioma, como vehículo de transmisión intergeneracional, está perdiendo vitalidad en muchas comunidades indígenas y que cada vez sus ideas y conceptos son influenciados por las condiciones socio-históricas imperantes. 

Pero no concuerdo con estas conclusiones porque reducen el conocimiento de la Ayahuasca y su desarrollo a la acción de trasmitir, a la forma de trasmitir y al contexto en que se trasmiten, lo que evidentemente nos lleva a tomar acciones de conservación que hasta el momento han probado ser incongruentes con los principios de dinamismo y adaptación que caracterizan a las escuelas ayahuasqueras. Esta forma de interpretación, al enfocarse en el proceso impide la revelación del origen del conocimiento. Sí, está claro que los conocimientos en torno a la Ayahuasca se transmiten de generación en generación y son influenciados por condiciones socio-históricas específicas, pero la génesis de este proceso, es decir, el origen de estos conocimientos resultan de la relación profunda, comprometida y permanente del hombre con la Ayahuasca. Solo después se puede hablar de transmisión de conocimientos o de la capacidad de trasmitir lo aprendido, capacidad que además se construye con la finalidad de entender, adaptarse y transformar la realidad ordinaria. Considero que mientras exista y se expanda este tipo de relación, los principios fundamentales comunes a todas las escuelas ayahuasqueras tradicionales seguirán vigentes en el tiempo y en el espacio sin importar el contexto socio-histórico. 

c. Relaciones trascendentales, sin tradición ni modernidad. 

Resulta palpable en nuestro medio que las escuelas ayahuasqueras tradicionales y sus representantes se han convertido en un referente codiciado para los puristas o para aquellos que rechazan los vicios de la modernidad y las “perversiones” del mercado. Discutir las transformaciones y las nuevas tendencias que está adoptando la práctica ayahuasquera en la dicotomía tradición – modernidad resulta innecesario, considerando que ambas posturas son bastante laxas dentro de la interpretación y la práctica de los ayahuasqueros. Con mucha facilidad y sin complejo alguno las escuelas fluyen en cualquier contexto diferente al suyo, adaptándose, incorporándose o discriminando, porque su función esencial es mediar, pautar y regular las relaciones trascendentales entre los seres humanos y entre éstos y los entes sagrados superiores. 

d. Globalización y continuidad de los principios fundamentales. 

La modernidad y la globalización amplían y diversifican la demanda de las prácticas ayahuasqueras, en consecuencia se generan nuevos tipos de oferta, pero dadas las características de esta forma de economía y sociedad, el conjunto de saberes inherentes a la Ayahuasca y sus resultados aparecen sólo de manera superficial. Sin embargo, modernidad y globalización permiten la difusión de estos saberes en escenarios y contextos que hace 30 años eran impensables. 

En balance, la práctica ayahuasquera, aunque está perdiendo profundidad y compromiso, ha empezado a ganar amplitud y proyección, pero eso sí, quienes decidan imbuirse permanentemente en el conocimiento de la Ayahuasca permitirán la vigencia de los principios fundamentales de ésta y al mismo tiempo serán sus continuadores y transformadores; y quienes conocen este mundo de manera superficial o han palpado apenas sus efectos, en el momento constituyen el más amplio respaldo de la filosofía y la práctica ayahuasquera. 

e. Sin apego a la ética ni a la moral.

Se tiene como un hecho consumado que el encuentro entre escuelas ayahuasqueras y sociedad de mercado ha generado algunas prácticas que podrían calificarse de antiéticas e inmorales. Pero la sociedad moderna no ha generado estas prácticas, sino que las ha calificado como tales, es decir, les ha puesto la etiqueta de antiéticas e inmorales. En sí misma la práctica ayahuasquera, como en la dicotomía tradición – modernidad, tiene una posición laxa frente a lo que significa y lo que debería ser la ética y la moral. En la profundidad de la práctica ayahuasquera no hay moral ni ética como valores estrictos, sobredimensionados e invulnerables, en vez de ello, se contempla una infinidad de circunstancias y acciones optativas que se vuelven tangibles a través de la voluntad, la paciencia y la fe.





[1] A esta mezcla esencial se pueden incluir otras plantas sanadoras, y esto depende del criterio del maestro ayahuasquero, quien tomará en cuenta el tipo de dolencia a tratar y lo que desea lograr en los usuarios finales.

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