Ir al contenido principal

¿Qué se necesita para vivir en el bosque Amazónico?


El tránsito de las necesidades imprescindibles hacia las necesidades ficticias

Cuando estuve en una comunidad nativa bastante alejada, el profesor de la escuela me pidió que en mi próxima visita le trajera algunos víveres que le hacían falta. Mencionó enfáticamente arroz, azúcar, sal, aceite, jabón y detergente. Como este joven indígena había estudiado en la ciudad por mucho tiempo, su cuerpo y mente no terminaban de acomodarse a la vida comunal. Traté de cumplir su deseo en mi siguiente viaje, pero la voluntad del río hizo que mi bote se hundiera con todos los encargos. El motorista y yo logramos recuperar algunas cosas e hicimos llegar parte de las solicitudes a su destino. Grande fue mi sorpresa cuando el profesor mostró su descontento al no ver la sal, el azúcar ni el arroz. Se dio por mal servido al no hallar las cosas que él consideraba imprescindibles. Inmediatamente me acordé de una ocasión en que la página del Facebook había dejado de funcionar por un día, y ello generó una especie de histeria colectiva mundial, como si ya no pudiésemos vivir sin el face. Pasaba pues la misma situación. Parecía que mi querido profesor no podía vivir un día más sin los víveres de la ciudad.

En un viaje diferente tuve la oportunidad de conocer a otro profesor indígena que trabajaba en una comunidad aún más alejada. No tenía víveres externos de ningún tipo. Comía lo que todos en el lugar: pescado, yuca, plátano y carne de monte. Obviamente le invité mis latas de conservas, tallarines, galletas y gaseosa. Pero no se exaltó ni un segundo al probar, después de mucho tiempo, una comida con sal o un café con azúcar. Para él estos bienes de fuera eran simplemente antojos, cosas prescindibles mientras se tenga una chacra, pescado del río, frutos y animales del bosque y sobre todo el apoyo de la comunidad.
Esto me hizo pensar sobre las necesidades imprescindibles y las ficticias. ¿Qué se necesita para vivir en el bosque amazónico? No se puede vivir sin la luz del sol, sin la humedad, sin las lluvias, sin el río y sin la frágil fertilidad del suelo. En efecto, estas son las sustancias imprescindibles para la existencia. Son los verdaderos víveres. Sin embargo, para nuestra modernidad vivir del pescado, de la carne de monte y de la chacra no es vida, sino una forma de sobrevivir. La novedad o la "buena vida" proviene del consumo de exquisitas sustancias procesadas que endulzan nuestro prestigio y nos distinguen de lo antiguo. Esto lo saben bien muchos indígenas, tanto los que conocen las ciudades como los que viven más alejados. Talvez el mayor arte de la modernidad sea crear nuevas necesidades y hacerlas imprescindibles. ¿Cuántos de nuestros anhelos y deseos son realmente necesarios para vivir?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Cosmovisión y Religiosidad en Sociedades Amazónicas en un Contexto Histórico

Los psicoactivos como fuente de la espiritualidad y la cosmovisión indígena (Charla preparada para los estudiantes del programa “Pueblos Indígenas y Globalización”, de la organización World Learning, School for International Training, ofrecida en la ciudad del Cusco, Perú, el día jueves 12 de marzo de 2015) Dudo sinceramente de que el poblador amazónico (el indígena ancestral) haya sido un hombre religioso en el sentido que hoy se entiende, es decir, pegado a un dogma y recreando de manera constante y disciplinada un conjunto de rituales estructurados por una institución tutelar, y dirigido por una élite teológica orgánica. Pensar que el indígena amazónico se sujeta a esto va contra sus principios de independencia y libertad. Más bien considero que es un ser espiritual, uno que a lo largo de su existencia logró aprender a interrelacionarse con otros seres más poderosos o inferiores a él, pero que sin embargo reconoce en tanto influye y transforma su vida.  Otra idea de

"Wanamey, el árbol de la vida". Relato de origen de los Wachiperi

Versión de Alejandro (Darikiking) Jahuanchi. Desde su origen, los pueblos indígenas, como los Wachiperi, Toyeri, Sapiteri y Arakmbut del Cusco y Madre de Dios, son todos hijos de la noche e hijos del día. Cuando después de la oscuridad se hizo la luz y el Ojo Universal (El Sol) iluminó la tierra, apareció la humanidad y con ella aparecieron los animales antiguos como el jaguar, la serpiente, el oso, el mono. Las aves aparecieron después y son fruto del árbol de Wanamey, y son la procreación de Wanamey. Durante muchos, muchos años vivieron inocentes, no conocían el pecado ni el mal, ni había diferencias de ideas políticas, ni guerras, todos vivían en armonía y en paz. Los animales y los hombres vivían  juntos sin miedo los unos de los otros, todo era armonía, convivían juntos, pero cuando el hombre comienza a desarrollarse culturalmente empieza el desequilibrio, las guerras y el desorden, los abusos y los asesinatos, los hombres y los animales dejan de convivir y comienzan a mat

Los extinguidores de la cultura Wachiperi

Hace más de 10 años que conozco a los habitantes de la comunidad nativa de Queros, y recientemente a los de Santa Rosa de Huacaria, en el distrito de Kosñipata, provincia de Paucartambo, Cusco. Ambos comparten un hilo cultural que se está debilitando paulatinamente hasta quebrarse si antes no ponemos los puntos en claro. En estas comunidades viven los indígenas amazónicos autodenominados Wachiperi, antes conocidos como Huachiperis, que son una rama dialectal del pueblo Harakbut. Los antropólogos y otros especialistas de la cultura han determinado que los Wachiperi están volteando la indeseable curva de la extinción cultural. La población quechua y mestiza local, y en general la opinión pública, también advierten sobre la "pérdida de la identidad indígena”, incluso, dada la situación, los niegan como indígenas. Así pues, es consenso entre los extraños que los Wachiperi están en extinción. Por momentos este discurso científico y popular alcanzó las mentes de los Wachiperi, quien

Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis. Comentarios a su estatuto

Hace algunas semanas leí que se había formado el "Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis". La noticia me llamó la atención de inmediato. La idea responde a un intento de aplicar el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas para los Derechos de los Pueblos Indígenas en un país como el Perú. Esto es inédito, considerando que estamos frente a un Estado mestizo, centralista, excluyente y ampliamente condicionado por una democracia liberal. Así que la sola idea de un Gobierno Autónomo, cuyo territorio estaría controlado por un grupo de indígenas amazónicos, es revolucionaria. Al menos esa fue la primera sensación que tuve al leer el titular de la noticia, pero cuando revisé el estatuto me di cuenta de que estaba frente a un escenario bastante conservador. Es cierto que el documento es una fórmula legal específica y novedosa, pero se somete a la soberanía y a las leyes del Estado peruano. El aspecto específico o particular es la inclusión de

Cada vez hay menos pescado en el río Urubamba

Porque antes se pescaba para comer y ahora se pesca para vender ¿Por qué las comunidades nativas del Bajo Urubamba se quejan de que ya no hay pescado como antes? ¿Por qué el nativo requiere más tiempo o tiene que recorrer mayores distancias para pescar? La respuesta está en la creciente demanda de pescado para el consumo local ¿De dónde viene esa demanda? ¿Qué la genera? Claramente son los efectos indirectos de las actividades extractivas, específicamente del proyecto de gas de Camisea.  Como uno se puede imaginar las empresas que conforman el Consorcio Camisea operan con una logística impresionante a lo largo del río Urubamba. Diariamente transcurren botes fuera de borda y embarcaciones de gran capacidad de carga conocidas como "chatas". A esto se suman los botes de la Municipalidad Distrital de Echarati, que pasan y repasan el Pongo de Mainique hacia el Bajo Urubamba para abastecer las obras de infraestructura financiadas por el canon. ¿Acaso el constante movi