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Entrevista a don Alberto Manqueriapa Vitente, maestro curandero y “Personalidad Meritoria de la Cultura”

Por: Donaldo Humberto Pinedo Macedo.

Fotografías: Reenzo Velásquez Bernal, Edward Zambrano Quispe y Uriel Caballero Quispitupa.

Alberto Manqueriapa Vitente, es un maestro curandero --intermediario diría él-- de 60 años de edad. Nació en la comunidad nativa de Santa Rosa de Huacaria (Reserva de Biosfera del Manu), en el distrito de Kosñipata, provincia de Paucartambo, departamento del Cusco, Perú. 

Alberto, procede de dos ramas culturales: por línea paterna, es Wachiperi (Harakbut), y por línea materna, es Matsigenka (Arawak). 

En el año 2021, debido a sus conocimientos y prácticas relacionadas a la medicina tradicional amazónica, Alberto fue distinguido como “Personalidad Meritoria de la Cultura”. A parte de las sesiones de sanación con ayahuasca que dirige regularmente, Alberto es depositario de los rezos cantados Eshuva, los que fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación el año 2010.

La entrevista fue realizada en el salón comunal de la comunidad nativa de Santa Rosa de Huacaria, el día domingo 14 de agosto de 2022. En aquella ocasión, hablamos, con distintos niveles de profundidad, de los siguientes temas: los métodos de sanación indígena, la curación del susto y de otras enfermedades, el uso medicinal de la ayahuasca y del toe, la relación entre medicina tradicional y moderna, la seguridad alimentaria, el turismo y, el uso y manejo de los recursos naturales en las comunidades nativas.

La entrevista, fue encargada por la Asociación Selvas Amazónicas Perú, de los Misioneros Dominicos de la Provincia de Hispania. Un extracto fue publicado en la revista Selvas Amazónicas, nº 6, de noviembre de 2022, páginas 17--22. 

A continuación, la entrevista completa:

--¿Alberto, cuál es tu principal actividad?

--Mi principal actividad de mí es… trabajo lo que es plantas medicinales, apoyando… curando a las personas ¿no? 

--¿Cuáles son los principales métodos para curar?

--Los principales métodos para curar son la disciplina, el comportamiento, las dietas ¿no?, porque las medicinas sin dieta no funcionan. Es como si tomaras cualquier agua, entonces, a las personas que se les atiende se les da, por ejemplo, las disciplinas y las dietas […].

--¿En qué consiste la disciplina?

--La disciplina consiste en que tú bajes la alimentación y tu forma de renegar. Tienes que hacer actividades coherentes digamos ¿no?, cosas que sirvan para tu cuerpo, ordenarte tu cuerpo. Se trata de cómo eliminar o desintoxicar tu cuerpo haciendo tus disciplinas. Por ejemplo, puedes hacer deporte o puedes contar a un joven o a una persona algunos cuentos o anécdotas ¿no?, y al reírte se está yendo la enfermedad, entonces te estás formando tu disciplina o autodisciplina ¿no?, porque si voy a renegar, entonces la enfermedad va a regresar con más ganas y allí quedo.

--¿En qué consiste la dieta?

--La dieta es que tienes que bajar la alimentación. ¿Qué tipo de alimentación llevas? Tienes que bajar más que todo las carnes, las carnes rojas… eh…, las frituras por ejemplo, más que todo las frituras y las bebidas alcohólicas.

--¿Cómo curas una enfermedad?

--Dependiendo, dependiendo qué tipo enfermedad ¿ya?

--¿El susto, por ejemplo?

--El susto es una… es algo que no ves, es un alma, es nuestro espíritu que sale de nuestro cuerpo. Entonces, la persona o el maestro, como se llame, tiene que estar bien preparado. Cuando te dicen “mi hijita se ha asustado”, “mi hijo se ha accidentado” ¿no?, entonces la persona tiene que pensar en sus cinco niveles del cuerpo. Su mente, debe estar bien equilibrada; la parte física, no debe estar enfermo; la parte emocional, no debes tener odios a nadies ¿no?, no tienes que tener diferencias; en la parte espiritual, no tienes que estar mal; en la parte sexo masculino, debes estar bien relacionado, bien con tu familia, con los amigos ¿ya? Y así puedes hacer el trabajo. En eso consiste para poder equilibrar o llamar o incorporar a las personas que están mal del susto. En niños, [la curación] solamente demora 45 minutos. En adultos es casi una hora o media hora, porque ya son adultos, ya caminan lejos, viajan ¿no?, entonces hay que diferenciar eso. Cuando son niños están en la mano de la mamá, están en la casa, dependen de la mamá y del papá, pero después de los 10 años, según van creciendo, ya van lejos, están entre amigos ¿no? […], entonces es otro tipo de nivel de trabajo con el susto. Entonces, hay que considerar diferentes tipos de susto: susto primario, susto secundario y susto terciario. Susto primario es simplemente un susto, te has caído. “Me ha cogido la tierra”, dicen. Susto secundario es cuando has sufrido un accidente, cuando has caído debajo de un árbol, te has tropezado o has caído en un lugar sagrado [romper un tabú sin querer]. El susto terciario que dicen, puede ser una volcadura [accidente de carro]. Puede ser que te has caído de alto. Por ejemplo, hubo un señor que se cayó de 60 metros ¿ya?, entonces eso es susto de mayor grado. Eso demora, por ejemplo, cuatro horas de curación, porque hay que traer [¿jalar, llamar?] dónde era antes su proceso de caminar, toooooda la información hay que recoger para captar su energía, su alma o su esencia del susto, entonces hay que reunir ¿no?, cabeza, ojos, orejas, boca, nariz, cuerpo, todo hay que dibujar en tu mente, hay que ir sellando y así su energía se incorpora. [Entonces, la persona] empieza a dormir tranquilo, empieza a recuperar su cuerpo, empieza a tener apetito, empieza a tener procesos y ya, entonces quiere decir que ya ha vuelto su alma o su energía que ha perdido. 90% [del susto es provocado] por los accidentes, porque “casi me he muerto”, te dicen. En una parte has visto la oscuridad, y en esa oscuridad tu alma ha salido. Todas esas cositas se trabajan con lo que se llama la sicomagia, lo que es el esuwa [o Eshuva o Eshuwa, que son rezos cantados] o la sicomagia usada a base de plantas […] puede ser yawar piri piri, puedes utilizar otras plantas para llamar su ánimo, poner [las plantas] en la cabecera, entonces esas plantas lo llaman su energía. Pero siempre una oración o un rezo, porque esa hoja con la naturaleza, con su cuerpo del paciente tiene que estar conectada ¿ya? ¿Qué cosa es conectada? Es relacionar con la naturaleza para que su camino de su espíritu, donde esté, llegue a su cuerpo, a su cuerpo mental, a su cuerpo físico, a su cuerpo emocional ¿no? [Entonces la persona te] dice “me siento bien, ya no me duele, ya no me marea, ya no siento cosas. Ya estoy bien, ya me estoy recuperando”. 

--¿Usualmente, cómo curas el susto?

--Usualmente, yo curo susto a través del cigarro, por ejemplo, el humo ¿ya?, pero nombrando a los Apus [espíritus tutelares]. Nosotros tenemos en nuestra cultura dos Apus importantes, el Apu Mayor y el Apu Menor. El Apu Mayor que cuida todo el planeta, y el Apu Menor que cuida todos los seres vivos que somos nosotros, desde los animales más [pequeños], que no se pueden ver, hasta nosotros. Y a través de esos dos Apus se abre el camino con diferentes lugares sagrados: cerro del Tigre, cerro de la Serpiente, cerro de Águila, cerro del Monte y así. [También se invoca] a las cuatro energías, como el universo, la tierra, el agua y el bosque. Entonces, así de esa manera rápido lo puedes curar o llamar la energía. Y la gente a veces quedan sorprendidas y dicen: “¡qué has hecho tú?” Esa es la mano de la naturaleza, no es la mano de nosotros. Nosotros somos puentes, nosotros no somos curanderos, somos puentes de la naturaleza. Simplemente, eso tenemos nosotros como dones, como pueblos indígenas, somos puentes. Acá no existe curandero. El curandero son las plantas, la naturaleza, un chiwawaco, un lupuna, un matapalo, un renaco, un… tantas plantas que tenemos. Ellos son curanderos y nosotros somos puente; lo que pasa en nuestras manos le doy al paciente que está mal. Entonces, ¿quién trabaja más? Las plantas, pero con nuestra invocación, decirle: “señor planta, toe, yo quiero que a Donaldo me lo cures sobre el susto, sobre el cáncer, sobre diabetes, sobre apendicitis”, tantas cosas, entonces estoy pidiendo favor como a un doctor; ellos son doctores. Ellos te van a operar con lo que pasa por nuestras manos. Ellos trabajan, las plantas trabajan por nosotros y nosotros siempre tenemos que llegar a ser agradecidos, por eso en nuestra cultura se agradecía al universo, por ejemplo, al sol, a la luna. ¿Qué hace el sol? Clorofila da a las plantas. ¿Qué hace la luna? Fortifica, hace creaciones de sanación ¿no? Las estrellas. Igual la Pachamama, la fertilización con las siembras. El agua, purificación, desintoxicación. Las plantas, curación, la sanación y también las limpiezas; la curación más que todo. [Las plantas] nos curan, nos sanan, nos protegen.

--Alberto, ¿podrías entonar un canto de curación para el toe?

--Mmmmm… Tengo que tener un paciente.

--De acuerdo. ¿Tú curas con toe?

--Sí.

--¿Cómo usas el toe para curar?

--Hay diferentes formas. Puede ser en líquido, puede ser también en emplasto, puede ser también a vapor, puede ser también en baño [con agua]. Dependiendo qué tipo de curación hay que hacer.

--¿Por ejemplo, una enfermedad que hayas curado con toe?

--Ya, por ejemplo, herpes. Para la ciencia médica no se puede curar, pero yo sí he curado. Tengo evidencias de eso. El señor…, el antiguo alcalde del 2003-2006, a él le he curado. Tengo un paciente también que ahoritita se está curándose ya con herpes ¿ya? [El tratamiento es el siguiente:] hay que moler su masa [la médula de la planta] y se le puede dar una cucharita, claro, se marea, pero no más días, porque es cuchara. Para que se maree dos, tres días hay que darle en taza, eso. No se puede dar eso, es muy fuerte, es más fuerte que la ayahuasca

--¿También curas con ayahuasca?

--Sí, también. La ayahuasca sí, cura muchísimas enfermedades.

--¿Cómo curas con ayahuasca?

--Tomando y haciendo ikaros. Eso es otra cosa. Ikaros es muy… Hay diversos ikaros. Dependiendo qué enfermedad tiene el paciente, hay que invocar a diferentes posiciones, porque hay tienes que hablar algo de 72 posiciones de… de… tanto como en el universo como en la Pachamama [madre tierra o madre cósmica], como en el agua y como en el bosque ¿no?, entonces a miles de plantas puedes invocar, a miles de… la Pachamama, como al universo, a la galaxia o a la energía del agua. Dentro del agua hay miles de peces, hay peces amazónicos que son curativos, como la raya, como… o animales en el bosque, hay animales o gusanos [con los] que se pueden curar.

--Gracias Alberto. Otra pregunta: ¿Cuál es la relación entre la medicina tradicional y la medicina moderna?

--Ya, eso yo he hecho talleres en Brasil y en Colombia, así que a veces la sociedad, la medicina tradicional es antigua, que ha sido utilizada por miles de años. Para conocer la medicina tradicional, cómo se usa, cuál es el manejo, han muerto gente, probando; han cerqueado [¿estudiado?] los maestros entendiendo qué hacía un ave, qué hacía un mono, qué hacía una sachavaca, qué hacía un picuro, qué hacía un guacamayo comiendo las pepas de las plantas tóxicas. Toditito han probado, pero como le digo, algunos han muerto y algunos han aprendido cómo usar, cuál es el uso, cómo se puede utilizar, qué cantidad hay que utilizar. Han utilizado las plantas alucinógenas, como puede ser floripondio, puede ser chirisanango, puede ser este… bejuco azul o la ayahuasca, [esto] para que la naturaleza indique si es correcto su uso de las plantas. Entonces, para llegar a ese nivel, como le digo, primero han pasado muchos procesos, muchos procesos, y han aprendido muy cerca cómo es el uso y el manejo de la medicina tradicional. En cambio, la medicina académica o la medicina occidental, es pues a base de estudios ¿no?, que tiene que saber muy bien… No sé cómo se habrán especializado, pero yo no he llegado muy a profundo lo que es la medicina académica, pero sé que muchas enfermedades desconocidas ancestralmente no pueden curar. Por ejemplo, hasta ahora no hay medicina, no hay una pastilla, una aspirina o un inyectable para el susto, para oraña [¿?], mal viento, machu wayra, soq’a wayra, para este… cómo se llama… acá por ejemplo, de los Chullanchaquis [seres que tienen cuerpo humano y un pie de animal], para contrarrestar, no hay, no hay este… pastillas… Entonces yo haciendo mis charlas siempre les digo: “hasta ahora no hemos descubierto qué simple es el susto: es salida de nuestra alma, de nuestra energía, pero cómo lo vas a traer, ¿inyectando?, no, peor lo matas”.

--Ja, ja, ja.

--Entonces, nosotros hemos llegado a algunos niveles de…, por ejemplo, algunos de la medicina académica han aceptado. Entonces, les decimos [a los médicos]: “nosotros vamos a llamar a su espíritu, a su alma, y después opera de todo”. Con la incorporación de su energía, su operación, su salud va a progresar rápido, rápido se va a sanar, sin ningún “de qué estoy mal, mi corazón me duele, mucho estoy pensando” ¿no? [Con este procedimiento] el hombre evoluciona rápido. Yo te digo esto, porque, por ejemplo, el joven que se accidentó de acá, el que se ha caído de 60 m de largo, le han llevado al Cusco, le han llevado al Cusco, pero sin embargo estaba igual, igual estaba, entonces el joven vino y me dice “yo quiero tomar ayahuasca”. Muy bien, le digo. 

--¿Qué edad tenía?

--Tenía 34 años.

--¿Era de acá, de Huacaria?

--De Huacaria. Entonces lo ye dije: “vas a tomar ayahuasca, pero tienes que dietar 15 días estas cosas”. Y ese joven, mira, ha dietado un año y medio de no comer carne. 

--¡Ojojoy! ¡Qué fuerza de voluntad! Eso es disciplina ¿no?

--Claro, disciplina. Y este hombre ahoritita está sano. Ahora está correteando como jovencito… Ya se ha recuperado. El médico le ha calmado su golpe, su herida, todo le ha sanado. Eso está bien, pero el susto no le ha podido regresar, ni con inyectables. Entonces, cuando yo he hecho esas charlas, digo que de la mano debemos ir, no debemos discutir, no debemos decir “yo soy mejor”, porque en nuestra cultura no existe la palabra “yo”, sino existe “nosotros”. Usted es importante, él es importante, todos somos importantes de acuerdo a nuestro medio donde vivimos. Por eso en mi cultura no existe el “yo”, sino el “nosotros”. Igual en los matsigenka, por ejemplo, no existe la palabra “no”, siempre existe “sí”, ¡así que te estés muriéndote!”. 

--Ja, ja, ja.

--Entonces todo esto lo hablo en una relación de que cómo está la disciplina de la medicina tradicional y la medicina occidental. Porque yo también respeto la medicina occidental tomando pastillas. Por ejemplo, alguien se accidenta, se rompe su pata, y me dice: “Alberto, a ver, qué operas…”. Yo nunca lo voy a operar, jamás, porque no conozco cómo se corta una carne, con qué herramientas… Entonces esas cositas yo respeto. Por eso a los médicos, lo que hacen, yo les ayudo a incorporar su alma para que nuestro paciente no esté dos años tirado allí. Menos de 15, 20 o un mes, ya está libre, ya puede hacer sus cosas ¿no? Entonces nuestra idea es eso, salvar la vida, no matar la vida, sino salvar la vida ¿ya?, progresar la vida, en su trabajo, en su familia, en sus hijos. Mañana alguien dice: “ay mi papá se va a morir”. Claro, siempre vamos a llegar a morir, sí, cuando es un accidente grave, imposible ¿no? Es como si se ha partido mi pecho, imposible que ya viva, tengo que morir pues ¿no?, tengo que morir, ajá. 

--Don Alberto ¿hay enfermedades que se producen por abusar de la naturaleza?

--Sí hay. Pero eso es el nivel de disciplina de cada uno. Sabiendo que es malo…, es como por ejemplo la droga ¿no?, sabiendo que es malo ese lugar, el hombre, por la civilización, no cree ya en esto… Dice: “tonterías esto, cómo va a existir el Chullanchaki, duendes de la naturaleza, no, es tonterías”. Pero el día que te presente o el día que el lugar te atrape con la enfermedad, eso sí es incurable. Tiene que ser un maestro de alto nivel. 

--¿Cómo te agarra esa enfermedad?

--Te puede agarrar como… puede ser una herida, o puede ser un malestar del cuerpo incurable que, cuando te inyectan, peor te hace, peor te hace ¿ya? Cuando no te inyectas o tomas ayahuasca o toe, un poquito te calma, un poquito te calma, pero para eso tiene que salir un tipo de disciplina de alto nivel ¿no? El maestro te dice: “la causa es por desobediencia a esto”. [Entonces] tú tienes que volver arrepentido, pedir perdón a la naturaleza de lo que has hecho. Decirle [a la naturaleza]: “sabiendo lo que he hecho yo quiero que me des una oportunidad más de salvarme” ¿no? Entonces, así, traes tierra de allí donde has hecho [el lugar donde se cometió la falta] y [la naturaleza] te libera, una vez más, pero ya no a cada nada tampoco. 

--Entonces, ¿por qué te agarra esa enfermedad?

--Por la desobediencia.

--¿Por ejemplo?

--Por ejemplo, este sería un lugar sagrado [se refiere al salón comunal donde realizamos la entrevista] y de repente me pongo a orinar, me pongo a hacer cosas, o me pongo a dormir acá ¿no? Hay muchas cosas, hay incluso [gente] que aparece muerta, te lleva para siempre.

--Entonces, es cuando faltamos el respeto…

--Es como cuando yo voy a tu casa y no te saludo, me entro, prendo tu tele, me echo en tu cama, pucha… ¿renegarías o no? Así que sea tu amigo, me sacas a patadas de tu casa, ja, ja, ja… Entonces claro, allí nos enseña la disciplina, la… cómo se dice… un orden de respeto, ¿no? “Yo soy tal fulano, merezco el respeto”, como todos merecemos respeto ¿no? Como por ejemplo, cuando tienes que utilizar las plantas, se utiliza simplemente diciendo… es como decir: “--Señor Donaldo buenos días, he venido a visitarte. --Ya, muy bien, toma asiento, tomaremos un desayuno”. Igualito, las plantas también necesitan su saludo ¿no?: “Señor Toe, yo quiero que me lo cures a Donaldo o al amigo, está mal, tiene dolor de estómago, tiene.. ¿qué se llama?... herpes o tiene tal cosa”. Ya escucha [la planta]. Entonces recién lo agarro, lo rompo, lo traigo, lo preparo en líquido, lo preparo en molido, en cualquier forma pero ya lo estoy curando porque ya le he pedido permiso […].

--La madre de la naturaleza ¿Por qué te castiga?

--La madre naturaleza te castiga, como te digo, por los actos malos que causamos nosotros.

--¿Un ejemplo de acto malo?

--Por ejemplo, eh… puede ser… qué sería… haber dormido digamos en ese sitio. 

--De acuerdo. De repente por haber cazado más de lo que se debía.

--¡Claro! Por ejemplo, cuando cazas un venado ¿ya? Ese venado… a veces la misma naturaleza te pone a prueba. Puede aparecer una serpiente gigante, ¡de miedo pucha vas a tener que matarle pe ¿no?! Pero no debías matarle, [sino] hablarle ¿no?, hablarle: “energía de la Pachamama sé que he infringido en tu tierra, pero no quiero ese…” y desaparece, desaparece. Mis tíos me contaban todas estas cosas. Desaparece. Hasta el mismo jaguar aparece, un jaguar tremendo que no puedes cazar, pero tienes que hablarle: “señor jaguar, yo sé que he infringido en este lugar, que no podía caminar, pero yo quiero que me perdones, me voy a retirar”. Te vas nomás. El jaguar se queda hipnotizado, como si fuera una piedra ¿no? Entonces todo es invocación, la invocación.

--De acuerdo. Cambiemos de tema. ¿Qué alimentos se consumen usualmente aquí en Santa Rosa de Huacaria?

--En esta comunidad estamos consumiendo productos y cultivos nativos. Dale dale, monte papa, plátano, yuca, guanábana, masazamba, eh… guayaba, palmitos, algunos tubérculos del bosque […] La gente siempre nos dice: “en la selva comen sapo”. No, otra cosa es sapo… Nosotros en la selva tenemos 46 variedades de ranas. Denantes se han sorprendido y me dicen “¡Ah y cómo sabes!”. Nosotros hemos estudiado. Yo no soy biólogo ni nada por el estilo, no sé, pero yo he trabajado mucho con la gente especializada, entonces hay 46 variedades de ranas, a parte de esas variedades de sapos, grandes, chiquitos. En Madre de Dios hay sapos de este vuelo ¿no? [eleva su mano a casi un metro de altura]. Pero eso es sapo, que no se puede comer, ¿pero ranas?… Hay en los 12 meses [del año hay] todo tipo de ranas. Por eso denantes les mencionaba y, a pesar de que son mis paisanos, se han quedado boquiabierta porque ya se habían olvidado, ya se han olvidado.

--¿Cuál es tu principal fuente de ingresos económicos?

--Para mi familia es el turismo ¿ya? Y también la medicina. Tengo un huerto medicinal que se llama Hokoko, que allí llevo a veces a mis visitantes, a los pasajeros, gente nacional, gente internacional, para que vean. De eso a veces nos dejan una propina, un incentivo para mejorar también el jardín botánico. Y también la artesanía, la danza, las costumbres, la lengua, los cuentos; aquí hay chistes para contar ¿no? […] A veces cantamos, cantamos en nuestra lengua, hablamos. Algunos quieren escuchar cómo hablamos. Hacemos intercambios de lenguas ¿no? De eso a veces la gente nos da unos incentivos para poder tener un dinerito y poder comprar… ahora conocemos la ropa, nuestra salcita [diminutivo de sal], todo pues, por eso es difícil ahora decir “ya, todo es gratis” ¿no? Pero también de esa forma [turismo] estamos recuperando algunas cosas que podemos rescatar de nuestra cultura ¿no? […] Mucha gente de este tiempo ya no quieren hablar [el idioma], “qué feo” [dicen]. Ya no quieren vestir de cushma [un tipo de túnica], dicen “no, eso van a decir que seguimos siendo como antes, el calato”. El nativo nunca ha sido calato. ¿Sabes dónde está calato? Cuando quieres ir al monte. Yo estoy con esta cushma en las ceremonias, en la danza, en todo, pero cuando quiero ir al monte, ¿con esto voy a ir?, pucha, me engancha una paca [especie de bambú con púas curvas] y mientras me estoy revolcando, el venado se escapa, se va, o el mono me deja y ya no he cazado y voy a llegar de hambre a mi casa ¿ya? En cambio, me desnudo, calato correteo al venado, lo chapo, lo flecheo; al mono, a las perdices o a la pava cojo, y traigo a la casa. Por eso, en nuestra cultura ancestral no existió la morbosidad [se refiere al cuerpo desnudo]: “¡Hay quien tiene eso, qué cosa tiene!”. [Antes] eran ciegos ¿ya?, no existió la morbosidad. Por eso es que siempre de todas maneras yo siempre hablo de eso porque ahora la civilización nos hace conocer cómo eres, quién eres, ponte esto, ponte allá. Yo hasta los 14 años yo caminaba desnudo. La gente se reía “¿De qué se reirán?” decía. 

--Ja, ja, ja.

--Yo recién a los 17 o 18 años, recién empecé a hablar mi castellano ¿no? Pero difícil ha sido para mí.

--¿Por qué ha sido difícil?

--Porque yo hablo pues otra la lengua pe, claro. 

--¿De niño usted no…?

--No, no, yo no conozco la escuela hasta los 17 años. Claro. 

--¿Vivías aquí en Huacaria?

--Yo vivía allá, a ocho horas de caminata. 

--¿Allá has pasado tu infancia?

--Claro, mi infancia. Sé cazar, sé subir a los árboles, sé de todo. Cuanto tuve 11 años, cuando murió mi papá, recién fueron a rescatarme... Nos han traído cuando ha muerto mi papá, porque mi papá no se dejaba civilizar, no, porque “es peor la civilización” nos decía, “peor atraso, peor cosa…” Y verdad, me lo han dicho, peores cosas he recibido, pero alguna manera he rescatado algunas cosas bien de la sociedad ¿no?, algo para poder conversar, para poder guiarme en las cosas que estoy mal ¿no? […] y enseñar también ¿no?

--¿Usted considera que hay escasez de recursos naturales?

--¿Escasez de recursos naturales? Sí, porque el nativo nunca ha vivido en un solo sitio toda su vida. El nativo sabe cuándo está [debe estar] en la playa, cuándo está en los cerros para comer pava y cuándo estás en otros lugares. El nativo no está en un solo sitio. Mínimo, el nativo vive dos años en un solo sitio. Deja hasta que recupere la naturaleza [y se va a] otro sitio, otro sitio, otro sitio. Si has muerto allí, igual sus hijos siguen, siguen, siguen. Donde su padre primero ha nacido, otra vez llegan allí, y ya se han recuperado los recursos. Pero el nativo nunca tumba árboles grandes donde duermen mono, guacamayo, perdices… Mira, ahoritita, acá no tenemos ni siquiera remedo de monos choro ni monos. Antes, acá había caaantidad de monos choros. Cuando han llegado los madereros, tooooodo han talado. Mira ahora no tenemos. A las justas un picaflor, unos pajaritos, unas cuantas maripositas. Entonces, un tiempo yo he llorado diciendo que la civilización me ha atacado por ese lado. No me ha enseñado cómo… En vez de enseñarme, “ya, hay que tumbar [los árboles], [es] negocio, ¿acaso toda la vida vas a vivir”, te decían. 

--Sí, eso te decían. 

--Ajá.

--Finalmente, Alberto ¿Cómo se puede mejorar la alimentación de las familias en las comunidades nativas?

--Trabajando, trabajando, recuperando los cultivos nativos, cultivos ancestrales o comidas ancestrales ¿no?, como dale dale, sacha papa, sacha oca y otros productos. Otras ONGs hay interesadas de eso. Yo felicito a esas personas que tratan de recopilar eh… comidas ancestrales. Por ejemplo, este 30 de agosto [aniversario de la comunidad], va a ver comida típica ¿no?, por ejemplo algunos tienen dale dale, sacha papa, todos los tubérculos del bosque, palmito, todas esas cosas. Entonces, para volver a recuperar los alimentos tenemos que otra vuelta… este qué se llama… volver a cultivar los productos ancestrales, los productos antiguos de nuestros abuelos. 

--Listo, Alberto. Agradezco tus palabras. Que tengas buenas tardes.

--Muy bien. Buenas tardes, buenas tardes.

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